

GRI | En los años 80 conocí a Juan de Dios, uno de los primeros discjockey de la recordada y pequeña Discoteca Chuys, por la que pasó toda una generación de jóvenes llegados desde toda la Región de Murcia y también de los acuartelamientos militares de la Base Aérea de Alcantarilla/Sangonera la Seca y Javalí Nuevo.
Más tarde, con la apertura de la gran macro discoteca Super Chuys, Juan de Dios pasó a ser la estrella de la cabina de la gran pista principal, con capacidad para miles de personas.
Cuando yo llegué para aprender a poner música, Juan de Dios fue mi maestro, pero principalmente mi amigo. En aquellos entrañables años todos aquellos jóvenes que tuvimos la suerte de trabajar en este grupo de discotecas guardamos estupendos recuerdos. Cada uno de nosotros siguió su camino en la vida y Juan de Dios fue funcionario del Ayuntamiento de Alcantarilla hasta su jubilación.
Tras unos pocos años algo distanciados por las obligaciones de cada uno, hemos recuperado la gran amistad y ahora, en la actualidad, compartimos unos buenos y estupendos ratos cada día.
El pasado viernes y mientras me encontraba trabajando en Granada, me llamó el bueno de Juan de Dios muy asustado y preocupado. Me contaba que mientras se encontraba en el Jardín de la Constitución (Jardín de las Palomas) practicando con su nueva silla eléctrica, un “fallo técnico” de la misma hizo que fuese a parar contra el Belén Municipal situado en dicho jardín. Según me comentaba, los tres Reyes Magos salieron volando al verlo venir con su silla y hasta me dijo, que recibió una patada de uno de los camellos. Aunque su preocupación principal era si los niños de Alcantarilla podrían disfrutar esta Navidad de este bonito Belén iluminado.
Gracias a los servicios municipales, que de inmediato se pusieron manos a la obra para reparar el belén, ahora ya funciona perfectamente.
Juan de Dios me pide que escriba esta carta y que diga que siente mucho lo sucedido.
Aunque yo daría una recomendación a todos los vecinos de Alcantarilla. Mi amigo se encuentra en periodo de prácticas con su nueva silla de ruedas eléctrica y no termina de controlarla todo lo bien que el quisiera. Si lo ven por la calle Mayor, principalmente en las cercanías del Bar Manila donde acude a degustar su tapa preferida, el pulpo al horno, lleven mucho cuidado de no cruzarse en su trayectoria. El que avisa no es traidor….
Ginés Ruiz Ibáñez


