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Manifiesta dejadez en el yacimiento arqueológico «Cabezo del Agua Salada»

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El pasado mes de mayo de este año se nos anunció por parte del Ayuntamiento de Alcantarilla, el inicio de la realización de sondeos arqueológicos en el yacimiento del Cabezo del Agua Salada (erróneamente ahora denominado Cerro Ibero), situado frente al Museo de la Huerta. Estos sondeos se llevarían a cabo en seis catas/parcelas de tres metros cuadrados cada una. 

Posteriormente en el mes de julio se comunicó, a través de los diversos medios de comunicación, la finalización de la primera fase de investigación, la cual había arrojando exitosos resultados. A partir de entonces, en un futuro supuestamente próximo, comenzaría una segunda fase de análisis e inventariado del material, y otros relacionados con trabajos de laboratorio y estudios antropológicos.

Hasta aquí todo perfecto. Lo que para nuestro Ayuntamiento era todo un triunfo, para esta Asociación era unos datos que contrastaban lo que ya se sabía, pues eran prácticamente  similares a los que ya habían facilitado anteriores intervenciones arqueológicas en el mismo Cabezo y parcela arqueológica en los años 1981 y 1992, y cuyo resultado está publicado en sus respectivas memorias obligatorias y artículos científicos. Aún así, nos suponía una inmensa alegría que se hubiera apostado de nuevo por este magnífico yacimiento, y una empresa de reconocido prestigio al frente para llevarlo a cabo.

Ahora bien, en una visita realizada el pasado día 01/09/2023, se puede observar una norma que por desgracia hemos venido observando ya durante los últimos años en nuestro patrimonio cultural de bienes inmuebles y arqueológicos de Alcantarilla (Murcia), y que no es otro que la escasez de medios en su protección y mantenimiento una vez realizadas las consiguientes fotografías de rigor institucionales y noticias periodísticas sensacionalistas. 

Como siempre, es entonces, cuando esta Asociación entra en acción recordando las obligaciones que marca la legislación, y que tras escritos-denuncia a la administración competente hemos logrado que se lleven a cabo. Ahora nos toca con nuestro yacimiento del Cabezo del Agua Salada (con la consideración de B.I.C. gracias a las referidas Asociaciones proteccionistas como Legado o Huermur).

Toda persona con unos conocimientos mínimos en intervenciones arqueológicas sabe que una vez finalizada una fase de investigación es necesario adoptar en el yacimiento un diagnóstico del estado de conservación de las estructuras halladas, y afrontar  medidas para su consolidación, intentado así evitar la rápida y  paulatina degradación que sufre el material arqueológico, entre otras causas, por su exposición a las variantes climáticas. 

En estos días estamos en aviso de DANA, o lo que es lo mismo gota fría o lluvias que podrían ser de estado torrencial. Tanto esto, como la alternancia de humedad-sequedad, crecimiento de matorrales -cuyas raíces afectan a sus estructuras interna del yacimiento- o un más que posible vandalismo o expolio, es básico tenerlo en cuenta para su preservación. 

¿Esto que nos conlleva con respecto al yacimiento? Pues proyectar y ejecutar campañas continúas de limpieza, fumigación, eliminación de posibles matorrales, dispositivos de vigilancia eficaz, así como  tener dispuestas bombas de achique de agua preparadas ante posibles acumulaciones de agua de lluvia. Cuando se afrontan empresas tan interesantes y generadoras de noticas como las que aquí reflejamos, es necesario tener dispuesto y presupuestado todo aquello que será necesario posteriormente. Otra cosa es ir con “palos y cañicas”, y en este ámbito esto no cabe.

Lo mínimo exigible es esto. Otro hecho más que necesario es cubrir el material pétreo hallado con geotextil y gravas o tierras, según su fragilidad. Esto nos garantiza su preservación para poder llevar a cabo otras fases posteriores de estudio. Todo esto es fácilmente observable en otros yacimientos en estado de investigación.

Pues bien, nada de esto se cumple en nuestro importantísimo yacimiento. No hay señalización vertical de obras, o protección alguna para impedir la accesibilidad del ciudadano a los sondeos/catas -con profundidades en algunos casos de entre 2-3 m. de altura-, con el consiguiente peligro para las personas. La única protección son cintas plásticas rotas y quemadas por el sol. Las estructuras halladas no tienen ningún tipo de protección, quedando expuestas a las distintas situaciones climáticas, dándose también la circunstancia de la existencia de restos arqueológicos cerámicos íberos y romanos así como pétreos (fragmentos de molino íbero,) en su entorno cercano, que posibilita su expolio. Es decir se cumple todas aquellas situaciones que un manual de intervención arqueológica señalaría nefastas ante una buena praxis.

Todo queda agravado cuando la concejalía, supuestamente competente en la materia, la de “Desarrollo de la ciudad: Medio Ambiente y Patrimonio Arqueológico” nos avisa estos días en redes sociales sobre la llegada de una una posible DANA para este fin de semana (2-3 de septiembre), poniendo de manifiesto la dejadez de competencias en este yacimiento al no adoptar medidas preventivas en él, así como que en la rambla de las Zorreras (entorno del Monumento-Acueducto), donde  no se ha llevado ninguna actuación de esta envergadura.

Por tanto, SOLICITAMOS al Ayuntamiento de Alcantarilla, como promotor de esta intervención, que contrate de nuevo los servicios de una empresa especializada para que la acometa con urgencia, y que a partir de ahora le de la importancia que merece en cuanto  a la conservación y preservación de sus hallazgos arqueológicos. Es altamente positivo que se hayan implicado por fin en este tipo de actuaciones, tantas veces demandado, pero una vez iniciados, se debe de cumplir con la legislación de obras, y práctica seria arqueológica. Otro ejemplo, es la pésima conservación de los restos arqueológicos a escasos metros de una posible villa romana, en el interior del Parque del Acueducto (esto lleva así más de un año y parece que va para largo), donde matorrales y maleza ocultan las estructuras halladas.

Alcantarilla, 03 de septiembre de 2023

* Este yacimiento en las diferentes publicaciones científicas es denominado Cabezo del Agua Salada o Cabezo de la Rueda. Daniel Serrano Várez (†), arqueólogo alcantarillero, ya avisaba que más de una denominación (él lo cita como Cabezo del Agua Salada) cae en errores a los investigadores, pues en sus trabajos señalaban en ocasiones dos yacimientos en Alcantarilla, cuando en realidad era el mismo. Ahora desde los ámbitos no científicos –más bien políticos- cada vez que hablan en medios de comunicación y redes sociales les ha dado por hablar del “Cerro Ibero”. Esta nomenclatura es errónea, pues en todo caso sería ibero-romano, pues hubo asentamiento en él de estas dos culturas. Evidentemente primero la íbera y posteriormente una continuidad romana. Las denominaciones son muy importantes.
*Esta Asociación desvincula totalmente de nuestra actitud crítica a la empresa que acometió los sondeos arqueológicos, pues entendemos que fueron contratados para ese estudio científico, y no así para su posterior conservación y mantenimiento. Serían supuestamente partidas presupuestarias distintas.

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